Es voz común que a más del
mediodía,
en ayunas la Zorra iba cazando;
halla una parra, quédase mirando
de la alta vid el fruto que
pendía.
Cansábala mil ansias y congojas
no alcanzar a las uvas con la
garra,
al mostrar a sus dientes la alta
parra
negros racimos entre verdes
hojas.
Miró, saltó y anduvo en
probaduras,
pero vio el imposible ya de fijo.
Entonces fue cuando la Zorra
dijo:
«No las quiero comer. No están maduras.»
No por eso te muestres impaciente,
si te se[6] frustra, Fabio, algún intento:
Aplica bien el cuento,
y di: No están maduras, frescamente.
[6] Nótese la incorrecta colocación de los pronombres. <<
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