Una cerda y una perra disputaban acerca de su
fecundidad. Como la perra dijese que era la única de
los cuadrúpedos que paría tras muy breve gestación, la
cerda respondió: «Cuando digas eso, reconoce que los
pares ciegos».
La fábula muestra que no se juzgan las acciones por
su rapidez, sino por su perfección.
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