Dicen que las hienas, que cambian cado año su
naturaleza, unas veces son machos y otras hembras. Y
una hiena, al ver a una zorra, le reprochó que no se
acercara a ella, que quería ser su amiga. Y aquélla,
respondiendo, dijo: «No me lo reproches a mí, sino a
tu naturaleza, por la que ignoro si te he de tratar como
amiga o como amigo».
Contra un hombre ambiguo.
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