Una mujer consultó acerca de su propio hijo, que
era muy pequeño, a unos adivinos, y éstos predijeron
que lo mataría un cuervo. Por eso, asustada, preparó
una gran arca y en ella lo escondió, tratando de evitar
que un cuervo lo matara. Y continuamente la abría a
horas fijas y le proporcionaba los alimentos necesarios.
Y en cierta ocasión, la abrió y dejó levantada la tapa. Y
el niño descuidadamente asomó la cabeza. Así ocurrió
que la aldabilla del arca le cayó en la mollera y lo
mató.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario