Todo el verano cantó
La Cigarra, pobre artista,
Y estaba muy desprovista
Cuando el invierno llegó.
Sin la más leve porción
De mosca ni de lombriz,
A llamar fue la infeliz
De la Hormiga a la mansión.
"Ruego a usted, dijo a la Hormiga,
Me preste un poco de grano
Hasta que llegue el verano,
Cara vecina y amiga;
Antes de Agosto, sin duda,
Pagaré, a fe de animal,
Réditos y capital;
Venga, señora, en mi ayuda"
La Hormiga, dura y mezquina
(es su defecto mayor),
"¿Qué hizo durante el calor?"
Dijo a la triste vecina.
"¿Qué hice, señora? ¡Cantar!"
Respondió la interpelada.
"¿Cantó entonces la cuitada?,
Pues hoy váyase a bailar"