Un burro consideraba dichoso a un caballo porque
era alimentado generosa y cuidadosamente, en tanto
que él mismo no tenía siquiera paja suficiente, y era
muy desgraciado. Al estallar la guerra, el soldado
armado montó al caballo, llevándolo a todas partes, e
incluso lo condujo por entre las filas enemigas. Y el
caballo resultó herido. El burro, al verlo, cambiando de
opinión compadeció al caballo.
La fábula muestra que no se debe envidiar a los que
mandan y a los ricos, sino amar la pobreza,
considerando qué se envidia en aquéllos y sus riesgos.
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