Ocas y grullas comían en el mismo prado. Se les
aparecieron unos cazadores y las grullas, que eran
ligeras, echaron a volar. Las ocas, rezagadas por la
pesadez de sus cuerpos, fueron capturadas.
Así, también entre los hombres, cuando se produce
una guerra en la ciudad, los pobres, ligeros de peso,
fácilmente se mantienen a salvo al huir de una ciudad a
otra y continúan siendo libres; sin embargo, los ricos,
al quedarse por el exceso de sus bienes, muchas veces
son esclavizados.
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