Un miserable Enfermo se moría,
y el Médico importuno le decía:
«Usted se muere; yo se lo
confieso;
pero por la alta ciencia que
profeso,
conozco, y le aseguro firmemente,
que ya estuviera sano,
si se hubiese acudido más
temprano
con el benigno clyster[5]
detergente.»
El triste Enfermo, que lo estaba
oyendo,
volvió la espalda al Médico,
diciendo:
«Señor Galeno, su consejo alabo.
al asno muerto la cebada al
rabo.»
Todo varón prudente
aconseja en el tiempo conveniente;
que es hacer de la ciencia vano alarde
dar el consejo cuando llega tarde.
[5] «Clyster es la melecina o gayta que recibe el enfermo para purgar el vientre. También se llama ayuda, porque ayuda a naturaleza, para que se descargue» (Covarrubias). <<
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