Una paloma, atormentada por la sed, al ver pintada
en un cuadro una cratera de agua, supuso que era
real. Por eso, se precipitó con mucho estruendo y, sin
advertirlo, se estampó contra el cuadro. Y le ocurrió
que, al rompérsele las alas, cayó al suelo y uno de los
que andaban por allí la capturó.
Así, algunos hombres que, por un deseo vehemente,
emprenden irreflexivamente los asuntos, sin darse
cuenta se lanzan a la ruina.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario