Un burro revestido con la piel de un león iba de un
lado a otro asustando a los animales. Y en esto que, al
ver a una zorra, intentó también atemorizarla. Ésta —
pues casualmente le había oído antes rebuznar— dijo
al burro: «Sabe bien que también yo me habría
asustado de ti, si no te hubiera oído ahuecarte».
Así, algunos ignorantes que parecen ser alguien por
los humos que se dan se ponen en evidencia por su
prurito de hablar.
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