Un hombre que tenía dos hijas dio una en
matrimonio a un hortelano, y la otra a un alfarero. Al
cabo del tiempo, fue a ver a la del hortelano y le
preguntó cómo estaba y qué tal les iban las cosas. Ella
dijo que todo les iba bien, pero que sólo pedía a los
dioses que llegase el mal tiempo y la lluvia para que
las hortalizas se regasen. No mucho después, fue a ver
a la del alfarero y le preguntó cómo estaba. Al decir
ésta que de lo demás nada le faltaba, pero que sólo
pedía que permaneciese el cielo raso y un sol brillante
para que las vasijas se secasen, le dijo: «Si tú pretendes
el buen tiempo y tu hermana el malo ¿con cuál de
vosotras voy a rogar?».
Así, los que intentan al mismo tiempo distintos
asuntos es natural que fracasen en ambos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario