miércoles, 3 de enero de 2018

La Hacha y el Mango

Un hombre que en el bosque se miraba
con una Hacha sin Mango, suplicaba
a los árboles diesen la madera
que más sólida fuera
para hacerle uno fuerte y muy durable.
Al punto la arboleda innumerable
le cedió el acebuche; y él, contento,
perfeccionando luego su instrumento,
de rama en rama va cortando a gusto
del alto roble el brazo más robusto.
Ya los árboles todos recorría,
y mientras los mejores elegía,
Dijo la triste encina al fresno: «Amigo,

infeliz del que ayuda a su enemigo»

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