En visita una Mona
con una zorra estaba cierto día,
y así, ni más ni menos, la decía:
«Por mi fe, que tenéis bella
persona,
gallardo talle, cara placentera,
airosa en el andar, como vos
sola,
y a no ser tan disforme vuestra
cola,
seríais en lo hermoso la primera.
Escuchad un consejo,
que ha de ser a las dos muy
importante
yo os la he de cortar, y lo
restante
me lo acomodaré por zagalejo [11].»
«Abrenuncio [12], la Zorra la responde:
es cosa para mí menos amarga
barrer el suelo con mi cola larga
que verla por pañal bien sé yo
dónde.»
Por ingenioso que el necesitado
sea para pedir al avariento,
este será de superior talento
para negarse a dar de lo sobrado.
[11] «Se llama asimismo el
guardapiés interior que usan las mujeres, inmediato a las enaguas: y también se
le suele llamar zagal» (Dic. Aut.). <<
[12]
La palabra latina Abrenuncio (=renuncio) era la respuesta del rito
bautismal para exorcizar al diablo; de ahí su carácter popular, a veces
corrompido. <<
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