Un inhábil y hambriento Zapatero
en la corte por médico corría:
con un contraveneno que fingía
ganó fama y dinero.
Estaba el Rey postrado en una
cama,
de una grave dolencia;
para hacer experiencia
del talento del médico, le llama.
El antídoto pide, y en un vaso
finge el Rey que le mezcla con
veneno:
se lo manda beber; el tal Galeno
teme morir, confiesa todo el
caso,
y dice que sin ciencia
logró hacerse doctor de grande
precio
por la credulidad del vulgo
necio.
Convoca el Rey al pueblo. «¡Qué
demencia
es la vuestra, exclamó, que
habéis fiado
la salud francamente
de un hombre a quien la gente
ni aun quería fiarle su calzado!»
Esto para los crédulos se cuenta,
en quienes tiene el charlatán su renta.
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