jueves, 4 de enero de 2018

El Jabalí y el Carnero

De la rama de un árbol un Carnero
degollado pendía;
en él a sangre fría
cortaba el remangado Carnicero.
El rebaño inocente,
que el trágico espectáculo miraba,
de miedo, ni pacía ni balaba.
Un jabalí gritó: «Cobarde gente,
que miráis la carnívora matanza,
¿cómo no os[11] vengáis del enemigo?»
«Tendrá, dijo un Carnero, su castigo,
mas no de nuestra parte la venganza.
La piel que arranca con sus propias manos
sirve para los pleitos y la guerra,
las dos mayores plagas de la tierra,
que afligen a los míseros humanos.
Apenas nos desuellan, se destina
para hacer pergaminos y tambores:
Mira cómo los hombres malhechores

labran en su maldad su propia ruina.»

 [11] Verso defectuoso: para salvar el endecasílabo es preciso evitar una sinalefa tan obvia como la que se daría entre no y os. <<

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