Habiendo la Locura
con el Amor reñido,
dejó ciego de un golpe
al miserable niño.
Venganza pide al cielo
Era madre y esposa:
con esto queda dicho.
Queréllase a los dioses,
presentando a su hijo:
«¿De qué sirven las flechas,
de qué el arco a Cupido,
faltándole la vista
para asestar sus tiros?
Quítensele las alas
y aquel ardiente cirio,
Si a su luz ser no pueden
sus vuelos dirigidos.»
Atendiendo a que el ciego
siguiese su ejercicio,
y a que la delincuente
tuviese su castigo,
Júpiter, presidente
de la asamblea, dijo:
«Ordeno a la Locura,
desde este instante mismo,
que eternamente sea
de Amor el lazarillo.»
[23] Diosa del Amor y la belleza
en la mitología griega. Eros o Cupido era hijo suyo y, como ciego, asestaba a
ciegas las flechas del amos. De ahí la frase hecha «El amor es ciego». <<
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