En un atolladero
el carro se atascó de Juan Regaña
[8];
él a nada se mueve ni se amaña,
pero jura muy bien: gran
Carretero.
A Hércules invocó; y el dios le
dice:
«Aligera la carga; ceja un tanto;
quita ahora ese canto;
¿Está?» «Sí, le responde, ya lo
hice.»
«Pues enarbola el látigo, y con
eso
puedes ya caminar.» De esta
manera,
arreando [9] a la Mohína y la Roncera,
salió Juan con su carro del
suceso.
Si haces lo que estuviere de tu parte,
pide al cielo favor; ha de ayudarte.
[8]
Como ya vimos en el caso de los ratones, los nombres que Samaniego da a sus
personajes son a menudo indicativos de su carácter y psicología. <<
[9]
Sinéresis. <<
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