Un león, errante por una playa, vio un delfín que
asomaba la cabeza sobre las olas y le invitó a una
alianza diciendo que les convenía sobre todo ser
amigos y ayudarse, pues aquél reinaba sobre los
animales marinos y él sobre los terrestres. El delfín
aceptó gustosamente y el león, que desde hacía tiempo
tenía una lucha con un toro salvaje, llamó al delfín en
su ayuda. Como éste, aun queriendo, no podía salir del
mar, el león lo acusó de traidor. El delfín,
respondiendo, dijo: «No me lo recrimines a mí, sino a
la naturaleza que, por haberme hecho marino, no me
permite subir a tierra».
Así también, nosotros, al hacer pactos de amistad,
debemos elegir unos aliados tales que, en los peligros,
puedan estar a nuestro lado.
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