En verano, cuando el calor ardiente produce sed, un
león y un jabalí fueron a una pequeña fuente a beber.
Discutían cuál de ellos bebería primero, y de ello se
provocaron a muerte. De pronto, al volverse para
tomar aliento, vieron unos buitres que aguardaban para
devorar a quien de ellos cayera. Por eso, depusieron su
enemistad y se dijeron: «Es mejor que seamos amigos
que alimento para buitres y cuervos».
Es hermoso terminar las malas disputas y las
porfías, puesto que llevan a todos a un final peligroso.
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