Los lobos dijeron a los perros: «¿Por qué, siendo
iguales a nosotros en todo, no nos consideráis como
hermanos? Pues en nada nos diferenciamos de
vosotros, excepto en las inclinaciones. Y nosotros
vivimos con libertad; vosotros, en cambio, sometidos a
los hombres y sirviéndoles, soportáis sus golpes,
lleváis puesto un collar y guardáis sus rebaños; pero
cuando comen sólo os echan los huesos. Si nos hacéis
caso, dadnos todos los rebaños y tendremos todo
común, comiendo hasta la saciedad». Pues bien, los
perros consintieron en eso y los lobos entraron en los
corrales y mataron primero a los perros.
Los que traicionan a su patria reciben tales pagas.
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