En cierta ocasión lobos y perros libraban una
contienda. Un perro griego fue elegido general de su
bando. Éste demoraba entrar en combate mientras los
lobos amenazaban con violencia. Él les dijo: «¿Sabéis
por qué lo retraso? Siempre hay que deliberar
previamente. Pues la raza y la piel de los lobos es sólo
una y la misma. Las nuestras son muy variadas y todos
se ufanan de ser de países distintos. Ni siquiera la piel
de todos es única e igual, sino que unos son negros,
otros rojizos, otros blancos y cenicientos. Y ¿cómo
podría mandar a la lucha a seres discordes y que no
tienen todo igual?».
Cuando los ejércitos están en una sola voluntad y
criterio consiguen la victoria contra los enemigos.
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