(Al que trabaja
algo, puede disimulársele que lo pregone; el que nada hace, debe callar.)
Desde
su charco una parlera Rana
oyó
cacarear a una Gallina.
«Vaya
(le dijo), no creyera, hermana,
que
fueras tan incómoda vecina.
Y
con toda esa bulla, ¿qué hay de nuevo?»
—«Nada,
sino anunciar que pongo un huevo.»
—«¿Un
huevo solo? ¡Y alborotas tanto!»
—«Un
huevo solo; sí, señora mía.
¿Te
espantas de eso, cuando no me espanto
de
oírte cómo graznas noche y día?
Yo,
porque sirvo de algo, lo publico;
tú,
que de nada sirves, calla el pico.»
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