(Es igualmente
injusta la preocupación exclusiva a favor de la literatura antigua o a favor de
la moderna.)
Diabólica
refriega
dentro
de una bodega
se
trabó entre infinitos
bebedores
Mosquitos.
(Pero
extraño una cosa:
que
el buen Villaviciosa
no
hiciese en su Mosquea
mención
de esta pelea.)
Era
el caso que muchos,
expertos
y machuchos,
con
tesón defendían
que
ya no se cogían
aquellos
vinos puros,
generosos,
maduros,
gustosos
y fragantes,
que
se cogían antes.
En
sentir de otros varios,
a
esta opinión contrarios,
los
vinos excelentes
eran
los más recientes,
y
del opuesto bando
se
burlaban, culpando
tales
ponderaciones
como
declamaciones
de
apasionados jueces,
amigos
de vejeces.
Al
agudo zumbido
de
uno y otro partido
se
hundía la bodega,
cuando
héteme que llega
un
anciano Mosquito,
catador
muy perito;
y
dice, echando un taco:
«¡Por
vida del dios Baco…!
(entre
ellos ya se sabe
que
es juramento grave):
donde
yo estoy, ninguno
dará
más oportuno
ni
más fundado voto;
cese
ya el alboroto.
A
fe de buen Navarro,
que
en tonel, bota o jarro,
barril,
tinaja, o cuba,
el
jugo de la uva
difícilmente
evita
mi
cumplida visita;
y
en esto de catarle,
distinguirle
y juzgarle,
puedo
poner escuela
de
Jerez a Tudela,
de
Málaga a Peralta,
de
Canarias a Malta,
de
Oporto a Valdepeñas.
Sabed,
por estas señas,
que
es un gran desatino
pensar
que todo vino
que
desde su cosecha
cuenta
larga la fecha,
fue
siempre aventajado.
Con
el tiempo ha ganado
en
bondad, no lo niego;
pero
si él desde luego
mal
vino hubiera sido,
ya
se hubiera torcido;
y
al fin también había,
lo
mismo que en el día,
en
los siglos pasados,
vinos
avinagrados.
Al
contrario, yo pruebo
a
veces vino nuevo,
que
apostarlas pudiera
al
mejor de otra era.
Y
si muchos agostos
pasan
por ciertos mostos
de
los que hoy se reprueban,
puede
ser que los beban
por
vinos exquisitos
los
futuros Mosquitos.
Basta
ya de pendencia;
y
por final sentencia
el
mal vino condeno,
le
chupo cuando es bueno,
y
jamás averiguo
si
es moderno o antiguo.»
Mil
doctos importunos,
por
lo antiguo los unos,
otros
por lo moderno,
sigan
litigio eterno.
Mi
texto favorito
será
siempre el Mosquito.
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