viernes, 5 de enero de 2018

El Escarabajo

(Lo delicado y ameno de las buenas letras no agrada a los que se entregan al estudio de una erudición pesada y de mal gusto.)

            Tengo para una fábula un asunto,
            que pudiera muy bien… pero algún día
            suele no estar la musa muy en punto.
            Esto es lo que hoy me pasa con la mía;
            y regalo el asunto a quien tuviere
            más despierta que yo la fantasía;
            porque esto de hacer fábulas requiere
            que se oculte en los versos el trabajo,
            lo cual no sale siempre que uno quiere.
            Será, pues, un pequeño Escarabajo
            el héroe de la fábula dichosa,
            porque conviene un héroe vil y bajo.
            De este insecto refieren una cosa:
            que, comiendo cualquiera porquería,
            nunca pica las hojas de la rosa.
            Aquí el autor con toda su energía
            irá explicando, como Dios le ayude,
            aquella extraordinaria antipatía.
            La mollera es preciso que le sude
            para insertar después una advertencia
            con que entendamos a lo que esto alude;
            y según le dictare su prudencia,
            echará circunloquios y primores,
            con tal que diga en la final sentencia:
            que así como la reina de las flores
            al sucio Escarabajo desagrada,
            así también a góticos doctores

            toda invención amena y delicada.

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