Una gaviota que se había tragado un pez se
desgarró la garganta. Y yacía muerta en la playa.
Cuando la vio un milano dijo: «Tienes lo que te has
merecido, porque aunque naciste para volar hacías la
vida en el mar».
Así, los que dejan su forma natural de vivir y se lanzan
a otra totalmente distinta naturalmente son desdichados.
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