Un maldito Gorrión así decía
a una Liebre que una Águila
oprimía:
«No eres tú tan ligera,
que si el perro te sigue en la
carrera,
lo acarician y alaban como al
cabo
acerque sus narices a tu rabo?
Pues empieza a correr, ¿qué te
detiene?»
De este modo la insulta, cuando
viene
el diestro Gavilán y lo [11]
arrebata.
El preso chilla, el prendedor lo
mata;
y la Liebre exclamó: «Bien
merecido.
¿Quién te mandó insultar al
afligido [12],
y a más, a más meterte a
consejero,
no sabiendo mirar por ti
primero?»
[11] Las primeras ediciones leen la, errata evidente, puesto que se refiere al gorrión. <<
[12] Máxima eminentemente cervantina: «…no se ha añadir aflicción al afligido» (Quijote II, pról.). «Al que has de castigar con obras no trates mal con palabras, pues le basta al desdichado la pena del suplicio, sin la añadidura de las malas razones» (Ib. II,42). <<
[12] Máxima eminentemente cervantina: «…no se ha añadir aflicción al afligido» (Quijote II, pról.). «Al que has de castigar con obras no trates mal con palabras, pues le basta al desdichado la pena del suplicio, sin la añadidura de las malas razones» (Ib. II,42). <<
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