viernes, 5 de enero de 2018

El Ricacho metido a Arquitecto

(Los que mezclan voces anticuadas con las de buen uso, para acreditarse de escribir bien el idioma, le escriben mal y se hacen ridículos.)

            Cierto Ricacho, labrando una casa
            de arquitectura moderna y mezquina,
            desenterró de una antigua ruina,
            ya un capitel, ya un fragmento de basa,
            aquí un adorno y allá una cornisa,
            media pilastra y alguna repisa.
            Oyó decir que eran restos preciosos
            de la grandeza y del gusto romano,
            y que arquitectos de juicio muy sano
            con imitarlos se hacían famosos.
            Para adornar su infeliz edificio,
            en él a trechos los fue repartiendo.
            ¡Lindo pegote!, ¡gracioso remiendo!
            todos se ríen del tal frontispicio,
            menos un quídam que tiene unos lejos
            como de docto, y es tal su manía,
            que desentierra vocablos añejos
            para amasarlos con otros del día.


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