Un lobo perseguía a un corderillo, y éste se refugió
en un templo. Al llamarle el lobo y decirle que el
sacerdote lo iba a sacrificar en honor al dios, si lo
cogía, aquél dijo: «Para mí es preferible ser víctima de
un dios que morir a tus manos».
La fábula muestra que para quienes el morir está
próximo es mejor la muerte con gloria.
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