Una
corneja que por esas cosas del destino era más grande que sus compañeras,
despreciando y burlándose de sus congéneres, se fue a vivir entre los cuervos
pidiéndoles que aceptaran compartir su vida.
Pero los cuervos, a quienes su figura y voz les eran
desconocidas, sin pensarlo mucho la golpearon y la arrojaron de su grupo.
Y la corneja, expulsada por los cuervos, volvió de
nuevo donde
las demás cornejas. Pero éstas, heridas por el ultraje que
les había hecho, se negaron a recibirla otra vez.
Así, quedó esta corneja excluida de la sociedad
de unos y de otros.
las demás cornejas. Pero éstas, heridas por el ultraje que
les había hecho, se negaron a recibirla otra vez.
Así, quedó esta corneja excluida de la sociedad
de unos y de otros.
Cuando
pienses cambiar de sociedad, domicilio o amistades, no lo hagas nunca
despreciando a la anterior, no sea que más tarde tengas que regresar allá.
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