viernes, 5 de enero de 2018

El Volatín y su Maestro

(En ninguna facultad puede adelantar el que no se sujeta a principios.)

            Mientras de un Volatín bastante diestro
            un principiante mozalbillo toma
            lecciones de bailar en la maroma,
            le dice: «Vea usted, señor Maestro,
            «Cuánto me estorba y cansa este gran palo
            que llamamos chorizo o contrapeso;
            cargar con un garrote largo y grueso
            es lo que en nuestro oficio hallo yo malo.
            «¿A qué fin quiere usted que me sujete,
            si no me faltan fuerzas ni soltura?
            ¿por ejemplo, este paso, esta postura
            no la haré yo mejor sin el zoquete?
            «Tenga usted cuenta… No es difícil… nada…»
            así decía, y suelta el contrapeso.
            El equilibrio pierde… ¡Adiós! ¿Qué es eso?
            ¿qué ha de ser?, una buena costalada.
            «¡Lo que es auxilio juzgas embarazo,
            incauto joven! (el Maestro dijo):
            ¿huyes del arte y método? ¡Pues, hijo,
            no ha de ser éste el último porrazo!»


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