Muy cerca del tigre caminaba el zorro, tomando aires de conquistador que poco concordaban con la fama de... prudente que tenía, y todos, al ver pasar la comitiva, se admiraban de verlo tan erguido y dándose tanto corte como los animales de más reconocido valor.
¿Habrá realmente peleado mucho? se preguntaban todos. Y hasta se atrevió a preguntarle a él mismo el zorrino si de veras era candidato a la medalla, y en qué hechos de guerra se había distinguido.
-Amigo -le contestó el zorro-, la guerra ya pasó; cada cual ha cumplido con su deber. Decirle los hechos sería largo y molestaría mi natural modestia. Bástele saber que aquí estoy entre los sobrevivientes, y que sólo los muertos no caben en la lista de ascensos.
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