Sentía el camello envidia por los cuernos
del toro, y quiso obtener los suyos propios.
Para esto fue a ver a Zeus, pidiéndole
le regalara a él unos semejantes.
Pero Zeus, indignado de que no se contentara
de su gran
tamaño y fuerza, no sólo le negó el darle los cuernos,
sino que además le cortó una parte de las orejas.
tamaño y fuerza, no sólo le negó el darle los cuernos,
sino que además le cortó una parte de las orejas.
La
envidia no es buena consejera. Cuando quieras mejorar en algo, hazlo con tu
esfuerzo y por tu deseo de progresar, no porque tu vecino lo tenga.
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