sábado, 6 de enero de 2018

El avestruz y el ganso

     El avestruz y el ganso, teniendo que recorrer juntos cierta distancia, caminaban a la par. Al cabo de muy poco tiempo, el ganso, todo cansado, le dijo al avestruz:
     -¡Pero usted anda demasiado ligero, amigo!
     -Si voy al tranco -le contestó el avestruz.
     Y después de andar algún trecho más, se dio vuelta el ganso, exclamando:
     -¡Mire, cuánto hemos andado ya!
     -Mire más bien -le dijo el avestruz-, cuánto tenemos que andar todavía.
     Para el ave de patas cortas cualquier paso es rápido y cualquier paseo es un viaje. Y para gente de vistas cortas cualquier adelanto también es incomparable progreso. 


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