sábado, 6 de enero de 2018

La anciana y el médico

Una anciana enferma de los ojos contrató un
médico a sueldo. Éste, cada vez que durante sus visitas
le aplicaba ungüento sobre los ojos, le fue sustrayendo
uno a uno sus enseres. Después de haberse llevado
todo, y haber quedado la anciana curada, le pidió el
salario acordado. Como ella no quisiese pagar, la llevó
a los magistrados. Ella decía que le había prometido el
salario si le curaba la vista, pero que ahora se
encontraba peor de su enfermedad que antes: «Pues
entonces —dijo— veía todos los enseres de la casa,
ahora, en cambio, no puedo ver ninguno».
Así, los hombres malvados, por ambición, sin darse
cuenta atraen contra sí la inculpación.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario