sábado, 23 de julio de 2016

La Zorra y la Cigüeña



Una Zorra se empeña
en dar una comida a una Cigüeña;
la convidó con tales expresiones,
que anunciaban sin duda provisiones
de lo más excelente y exquisito.
Acepta alegre, va con apetito;
pero encontró en la mesa solamente
jigote claro sobre chata fuente.
En vano a la comida picoteaba,
pues era para el guiso que miraba
inútil tenedor su largo pico.
La Zorra con la lengua y el hocico
limpió tan bien su fuente, que pudiera
servir de fregatriz si a Holanda fuera.
Mas de allí a poco tiempo, convidada
de la Cigüeña, halla preparada
una redoma de jigote llena;
allí fue su aflicción, allí su pena;
el hocico goloso al punto asoma
al cuello de la hidrópica[13] redoma,
mas en vano, pues era tan estrecho,
cual si por la Cigüeña fuese hecho.
Envidiosa de ver que a conveniencia
chupaba la del pico a su presencia,
vuelve, tienta, discurre,
huele, se desatina, en fin se aburre;
Marchó rabo entre piernas, tan corrida,
que ni aun tuvo siquiera la salida
de decir: Están verdes, como antaño.
También hay para pícaros engaño.


 [13] Adjetivo humorístico: la redoma era panzuda y estaba llena. <<

El Herrero y el Perro



Un Herrero tenía
un Perro que no hacía
sino comer, dormir y estarse echado.
De la casa jamás tuvo cuidado;
levantábase sólo a mesa puesta;
entonces con gran fiesta
al dueño se acercaba,
con perrunas caricias lo halagaba,
mostrando de cariño mil excesos
por pillar las piltrafas y los huesos.
«He llegado a notar, le dijo el amo,
que aunque nunca te llamo
a la mesa, te llegas prontamente;
en la fragua jamás te vi presente,
y yo me maravillo
de que, no dispertándote[12] el martillo,
te desveles al ruido de mis dientes.
Anda, anda, poltrón; no es bien que cuentes
que el amo, hecho un gañán y sin reposo,
te mantiene a lo conde muy ocioso.»
El Perro le responde:
¿Qué más tiene que yo cualquiera conde?
para no trabajar debo al destino
haber nacido perro, no pollino.»
«Pues, señor conde, fuera de mi casa;
verás en las demás lo que te pasa.»
En efecto salió a probar fortuna,
y las casas anduvo de una en una.
Allí le hacen servir de centinela
y que pase la noche toda en vela,
acá de lazarillo y de danzante,
allá dentro de un torno, a cada instante,
asa la carne que comer no espera.
Al cabo conoció de esta manera
que el destino, y no es cuento,
a todos nos cargó como al jumento.

 [12] Despertándote. <<

jueves, 7 de julio de 2016

El Ratón de la corte y el del campo[9]



Un Ratón cortesano
convidó con un modo muy urbano
a un Ratón campesino.
Diole gordo tocino,
queso fresco de Holanda[10],
y una despensa llena de vianda
era su alojamiento,
Pues no pudiera haber un aposento
tan magníficamente preparado,
aunque fuese en Ratópolis[11] buscado
con el mayor esmero,
para alojar a Roepán Primero.
Sus sentidos allí se recreaban;
las paredes y techos adornaban,
entre mil ratonescas golosinas,
salchichones, perniles y cecinas.
Saltaban de placer, ¡oh, qué embeleso!
de pernil en pernil, de queso en queso.
En esta situación tan lisonjera
llega la despensera.
Oyen el ruido, corren, se agazapan,
pierden el tino, mas al fin se escapan
atropelladamente
por cierto pasadizo abierto a diente.
«¡Esto tenemos! dijo el campesino;
reniego yo del queso, del tocino
y de quien busca gustos
entre los sobresaltos y los sustos»
Volvióse a su campaña en el instante
y estimó mucho más de allí adelante,
sin zozobra, temor ni pesadumbres,
su casita de tierra y sus legumbres.


[9] Es el viejo tópico del «menosprecio de corte y alabanza de aldea» que dio título a todo un retórico libro de Fray Antonio de Guevara (1480-1545). <<
[10] Queso holandés conocido comúnmente como queso de bola por su forma. <<
[11] Ciudad de los ratones. Samaniego crea burlescamente varios nombres de ratones, en ésta y en otras fábulas, para retratar el carácter o peculiaridades de los mismos. <<

La Zorra y el Busto



Dijo la Zorra al Busto,
después de olerlo:
«Tu cabeza es hermosa,
pero sin seso»
Como éste hay muchos,
que aunque parecen hombres,
sólo son bustos.