Una ternera que veía trabajar a un buey lo
compadecía por su desgracia. Pero, cuando llegaron las
fiestas, desuncieron al buey y cogieron a la ternera
para sacrificarla. Al ver el buey lo que sucedía, sonrió
y le dijo: «Por eso no trabajabas, ternera, porque
enseguida ibas a ser ofrecida en sacrificio».
La fábula muestra que el peligro acecha a quien se
mantiene ocioso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario