sábado, 6 de enero de 2018

La mujer y sus sirvientas

Una viuda muy trabajadora que tenía sirvientas
jóvenes acostumbraba a despertarlas para el trabajo de
noche con el canto del gallo. Éstas, rendidas del
continuo cansancio, decidieron ahogar al gallo de la
casa, pues pensaban que él era el causante de sus males
al despertar de noche a la señora. Y les ocurrió que,
después de hacerlo, cayeron sobre ellas desgracias aún
peores, pues la señora, al no saber la hora por los
gallos, las despertaba para el trabajo de madrugada.
Así, para muchos hombres sus propias decisiones se
convierten en la causa de sus males.

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