Zeus, tras haber modelado a los hombres, ordenó a
Hermes que les infundiera la inteligencia. Y éste hizo
una medida y vertió igual cantidad a cada uno. Pero
ocurrió que los hombres de talla pequeña, colmados
por la medida, se hicieron prudentes, pero los altos, al
no llegarles la pócima a todo el cuerpo (ni siquiera
hasta las rodillas), se volvieron más insensatos.
La fábula cuadra a un hombre grande de cuerpo
pero insensato en su espíritu.
Zeus y Apolo disputaban sobre el arte de manejar el
arco. Cuando Apolo tensó el arco y disparó una flecha,
Zeusdio una zancada tan grande como el alcance del
disparo de Apolo.
Así, los que compiten con los poderosos, además de
no llegar a su altura, se exponen incluso al ridículo.
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