sábado, 6 de enero de 2018

Hermes y Tiresias

Hermes, que quería comprobar si el arte
adivinatoria de Tiresias era verdadera, nada más
robarle sus bueyes del campo, tomó forma humana,
fue a verlo a la ciudad y se hospedó en su casa.
Cuando comunicaron a Tiresias la pérdida de su yunta,
fue con Hermes a las afueras de la ciudad para indagar
un augurio acerca del robo y le preguntó si veía alguna
ave. Hermes le dijo que veía un águila que volaba de
izquierda a derecha. Tiresias dijo que ésa no le valía.
Después Hermes vio una corneja posada en un árbol y
que unas veces miraba hacia arriba y otras se inclinaba
hacia abajo, y así se lo hizo saber. Tiresias, en
respuesta, dijo: «Esa corneja jura por el cielo y por la
tierra que, si tú quieres, recobraré mis bueyes».
Uno podría servirse de esta fábula contra un ladrón.

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