jueves, 7 de julio de 2016

El Ratón de la corte y el del campo[9]



Un Ratón cortesano
convidó con un modo muy urbano
a un Ratón campesino.
Diole gordo tocino,
queso fresco de Holanda[10],
y una despensa llena de vianda
era su alojamiento,
Pues no pudiera haber un aposento
tan magníficamente preparado,
aunque fuese en Ratópolis[11] buscado
con el mayor esmero,
para alojar a Roepán Primero.
Sus sentidos allí se recreaban;
las paredes y techos adornaban,
entre mil ratonescas golosinas,
salchichones, perniles y cecinas.
Saltaban de placer, ¡oh, qué embeleso!
de pernil en pernil, de queso en queso.
En esta situación tan lisonjera
llega la despensera.
Oyen el ruido, corren, se agazapan,
pierden el tino, mas al fin se escapan
atropelladamente
por cierto pasadizo abierto a diente.
«¡Esto tenemos! dijo el campesino;
reniego yo del queso, del tocino
y de quien busca gustos
entre los sobresaltos y los sustos»
Volvióse a su campaña en el instante
y estimó mucho más de allí adelante,
sin zozobra, temor ni pesadumbres,
su casita de tierra y sus legumbres.


[9] Es el viejo tópico del «menosprecio de corte y alabanza de aldea» que dio título a todo un retórico libro de Fray Antonio de Guevara (1480-1545). <<
[10] Queso holandés conocido comúnmente como queso de bola por su forma. <<
[11] Ciudad de los ratones. Samaniego crea burlescamente varios nombres de ratones, en ésta y en otras fábulas, para retratar el carácter o peculiaridades de los mismos. <<

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